domingo, 26 de mayo de 2013

VISITAMOS EL MUSEO TIFLOLOGICO DE LA ONCE

UN MUSEO PARA VER...Y TOCAR!
El Museo ocupa 1.500 metros cuadrados distribuidos en dos plantas de un edificio funcional. Su diseño arquitectónico está basado en la premisa de eliminar, cuando es posible, o minimizar, las barreras arquitectónicas que dificultan la movilidad y el acceso a las piezas.


La iluminación, el colorido de las paredes y su contraste con el resto de los elementos tienen como objetivo facilitar la orientación dentro de las salas a las personas con problemas visuales. Esta función orientadora se apoya en los elementos decorativos, como las columnas que enfatizan los vanos de paso o las perforaciones de los muros, y en los elementos funcionales: los estores, las puertas, etc., entre los que se busca el máximo contraste de colores, a la vez que se eligen tonos y materiales que eviten los deslumbramientos.

Las personas ciegas disponen, además, de sistemas orientativos táctiles, como la doble textura del pavimento, diferenciando la zona de circulación de la de exposición, y sonoros, como la información que facilitan los ascensores y las células fotoeléctricas que se encuentran tanto a la entrada general como en el acceso a cada una de las salas.
Toda la información escrita se ofrece en macrotipos y en braille; en cada una de las plantas se dispone de planos de orientación en relieve que facilitan el reconocimiento de los espacios y su distribución. 



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